Desde hace ya unos cuantos años, fantaseaba con tener un gallinero en nuestra pequeña huerta. Algo sencillo y fácil de mover para darle un poco más de vida a este singular rincón. Mi hijo Antton, artista multidisciplinar y manitas nato, me ha construido un gallinero portátil que ayudará a limpiar los bancales profundos y a abonar la tierra. En otra publicación os lo explicaré con más detalle.
Ahora mismo tenemos 5 gallinas, 3 comunes y 2 "Leghorn" y son, nunca mejor dicho, la alegría de la huerta.
Para mi, el momento de darles de comer, cambiarles el agua, hablar con ellas y recoger sus huevos es pura meditación. Me relaja y despeja de los problemas del día a día, y además me llevo huevos de regalo!
Los huevos son exquisitos, no tienen nada que ver con los que compras en cualquier tienda. Además, son un bonito detalle que llevar a amigos, compañeros de trabajo y familiares!
Si tenéis un rincón, no lo dudéis, poner una gallina en vuestra vida!