Si algo hemos aprendido estos últimos años, es que hay que estar preparado para todo. Una nunca sabe cuál será la próxima locura que sacudirá el planeta.
Es por eso que este otoño hemos querido preparar un rincón donde trabajar la creatividad y eludir el aburrimiento. Siempre hemos sido una familia muy "de manualidades" pero esta vez nos hemos venido arriba.
La primera compra que hicimos fue un bureau-escritorio de mediados del siglo pasado para crear un rincón de las manualidades. Lo encontramos en Emaús a muy buen precio y en condiciones aceptables. Tiene muchos cajones y una superficie sobre la que trabajar, lo que lo convierte en un mueble ideal para nosotros!
Acto seguido, visitamos una nueva tienda de manualidades que ha abierto en nuestra ciudad: Milbby. Es un auténtico paraíso para los amantes de las manualidades, tienen una variedad extraordinaria. Compramos fimo, telas, papeles estampados, pinturas de textil, pinturas para vidrio, una pistola de silicona con pegamento de purpurinas... como se dice hoy en día "una fantasía".
Y es que las manualidades a última hora del día son la mejor terapia para desconectar y pasar tiempo de calidad con tus seres queridos. Si no lo hacéis todavía os invito a que os animéis este mismo otoño, veréis lo amenas y divertidas que se harán vuestras tardes de lluvia.
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