SUBIDON, SUBIDON............

Muchas veces confundimos lo que es la felicidad con el estado de euforia. Como si la felicidad solo se encontrase en la drenalina del primer beso, dela victoria de nuestro equipo de fútbol o de la práctica de un deporte de riesgo.. Creemos que la felicidad es un rato de "subidón". Pero buscar la euforia constantemente es vivir con un cuerpo y una mente acelerados. Nuestro organismo ya sabe gestionar las emociones de forma natural, no hace falta forzarlo para ello. Cuando llegue la euforia, bienvenida sea!

Hoy en día las personas oscilamos entre los dos extremos, entre la apatía y la euforia, lejos de un estado de tranquilidad que te permita disfrutar de la vida.
Si la euforia no estuviese bien vista socialmente, el fútbol no tendría tanto éxito. Los espectadores quieren entrar en esos estados emocionales en que el cerebro libera sustancias que crean bienestar. Sin embargo, se trata de un estado momentaneo, transitorio. Despues de la euforia, regresamos al estado anterior. Y si antes estabamos tristes seguiremos tristes. Nada habrá cambiado.
Otro de los problemas de la euforia es que es adictiva. Cada vez deseamos más, y cada vez necesitamos más para llegar a los niveles anteriores. Sucede lo mismo que ocurre con las drogas. Muchas de ellas son euforizantes, de ahí su éxito.

Así pues, es mejor disfrutar poquito a poquito y todos los días sin esperar a ese subidón que es un tanto "fantasioso" y no además no nos ayuda.