YO SIGO EN CASA... (17)

Ayer, mientras descansaba después de comer entró en mi móvil un nuevo mensaje por "messenger". Como ahora estoy muy pendiente de todo por cuestión de trabajo enseguida lo abrí. Era " Bladi" mi tercer hijo Ucraniano, que ilusión!
Se mostraba preocupado por nuestro estado de salud ya que en la televisión de Ucrania deben de ver imágenes de España muy duras y estaba muy preocupado por nosotros. Que majo, cuanto le quiero!


Bladi tiene ahora 26 años, la misma edad que Eneko, mi hijo mayor. Vino a nuestra casa a pasar el verano cuando tenía siete añitos.

Javier y yo estamos un poco locos y con el plan de vida que teníamos con dos hijos uno de 7 años y otro de cinco, decidimos acoger durante el verano a un tercero de la zona de Chernobil para "echar una mano" a todos estos niños y niñas que malviven como consecuencia de la explosión de la central nuclear de Chernobil.

El primer verano fué "potente". Bladimir era un niño muy muy delgado, sufría raquitismo y apenas podía andar de la falta de energía que tenía. No nos entendía, no nos conocía... Sus primeros días discurrieron jugando con un coche teledirigido que le había comprado. Cada día le tenía que cambiar las pilas varias veces JAJAJA! Para comer jugabamos al UN, DOS, TRES... tres cucharadas del primer plato, tres del segundo y tres del yogurt.

Mi padres que vivían a mi lado estaban alucinados. Mi padre, ya mayor, se sentaba en una silla observándole como daba vueltas con su coche con una sonrisa de orgullo que no podia con él, mientras mi madre, mucho más práctica ella me dijo:  - Hija, en tu vida has hecho muchas locuras ero esta es la mayor. A donde hay que avisar si este niño se nos muere?.

Este primer verano fueron constantes visitas a dentistas, homeópatas y excursiones. Conoció la playa, el mar, los tiovivos... disfrutamos como locos. La despedida fue TERRIBLE. Nos costó reponernos un montón. Eneko pasó una semana en cama con fiebre. No volvió nunca más a sus despedidas!!

Durante ONCE veranos hasta los dieciocho años Bladi era uno más de nuestra familia. Mis hijos compartieron en él todo, juegos, secretos y hasta los canzoncillos!!! Era un hermano más pero siempre sin sustituir a su familia Ucraniana. Explicándole lo que sus padres no le habían explicado y haciéndole sentir uno más en casa, con sus derechos y sus responsabilidades. La verdad es que Bladi nos lo puso fácil y mis hijos se portaron como dos "señores".

Con Bladi íbamos de vacaciones, a cuidar a la amona Lourdes, a celebrar cumpleaños, a trabajar en la huerta, a cocinar, TODO. Poco a poco iban pasando los veranos, yo ya había viajado varias veces a Ucrania con la Asociación pero .el resto de la familia no, además a Javier no le hacía mucha ilusión ir a un país donde no se podría comunicar con nadie!

Pero en la Semana Santa en el que él terminaba con el programa su familia nos invitó a pasar allí una semanita y allí fuimos los cuatro A UCRANIA! Fué una experiencia imborrable en nuestros corazones, todos juntos. Bladimir fué la persona más feliz del mundo y además fué una manera muy bonita de cerrar un ciclo muy importante en nuestras vidas.

Hoy Bladi tiene 26 años, es panadero y vive en casa de su aita con Luda, su novia que es cajera en un supermercado. Se comunica perfectamente aunque él no es muy hablador. Siempre terminamos diciéndonos que nos queremos un montón y a mí personalmente me alegró el día de ayer.

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