HOGAR, DULCE HOGAR...



¿ Has entrado alguna vez a casa de alguien y has sentido que el ambiente no está en equilibrio, que no está en sincronía, o que está gravemente agitado? Hay veces que nada más entrar en algún sitio sentimos que nos estamos ahogando, que necesitamos más aire. Estas sensaciones no son una casualidad, son una realidad.

La mayoría de las casas contienen una cierta energía negativa que se ha ido creando con el paso del tiempo. Las iras, las decepciones y el agotamiento crean energía que se pega en las paredes, al suelo y al techo de las casas. En efecto, nada más pegadizo a las paredes y alos suelos que los gritos fuertes, las discusiones violentas y los prontos temperamentales. Por este motivo es muy recomendable siempre abrir las puertas y las ventanas al menos una vez al día durante unos minutos, para dar bienvenida a la poderosa energía de los vientos, el agua y el sol, que se encuentran en una cantidad infinita en el exterior.

No solo hay casas llenas de energía negativa, hay otras que nada más entrar sientes como te envuelve una agradable sensación de confort, son casas en las que el amor y la alegría han ido bañando yodas sus estancias. Esto es lo que deberíamos intentar crear: un sentimiento fresco de amor y de calidez que carezca de negatividad.

El espíritu del hogar se aviva cuando la felicidad está presente. Para esto sirve el "feng shui": para crear un sentimiento que lo invada todo y que haga que sus habitantes se sientan fuertes, confiados y realizados.
Colores, música, luces, agua y sonidos son una fuentes tan potentes de energía que deberían estar en todos los hogares.
El orden es primordial, puede haber un pequeño desorden o desorganización diaria que refleja que está habitada, pero las cosas no se deben ir acumulando, no se amontonan pilas de periódicos ya leidos, ni se dejan platos rotos por toda la casa. En una casa sana hay calidez y energía en constante movimiento. Este es el tipo de hogar que tiene y propicia un espíritu de abundancia.

La energía cargada de vida y de vitalidad fluye sin complicaciones: es suave, ondulada y relajada. Este tipo de energía carece completamente de tensiones y desgracias. Es el tipo de energía que luchamos para nuestros hogares. Para conseguirla, los profesionales del "feng shui" aseguran que los objetos deben estar dispuestos en la casa de una manera que permita eun buen flujo de la energía. La energía n debe quedarse estancada porque la energía que no se mueve enferma. La energía que fluye de una manera constante y natural es buena energía, es agradable y trae buena suerte.

Tenemos que aprender a observar el flujo energético del hogar, la manera más fácil es hacerlo trazando el camino en que se mueven las personas cuando llegan a casa. Observando en que lugar suelen colocarse o quedarse, para ello suele ser muy importante observar a los peques de la casa o incluso a los animales pues ellos son un termómetro fiable para medir las energias de nuestra casa. Los chinos, grandes expertos en esta materia, normalmente se llevan a un bebé con ellos cuando van a ver casas que tienen intención de comprar. Si el niño parece tranquilo y feliz es un signo d e que este lugar está cargado de buena energía. Tan slolo observando el comportamiento se revelan un montón de cosas sobre la calidad de la energía de un lugar.

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