Cuando empezamos a diseñar nuestra futuro caserío entre mi hermana, yo y nuestras respectivas parejas teníamos muchas dudas, muchas decisiones para tomar, infinidad de prioridades que marcar... pero entre tanto lío yo tenía algunas cosas claras que quería para nuestro futuro hogar.
Una de ellas era que queria una chimenea grande, abierta, donde pudiese hacer fuego y disfrutarlo con toda la familia. Otra de las cosas que tenía claro es que quería un buen tendedero de ropa para poder secar las ropas al aire y al sol.
Y así fue, tenemos un tenderete grande, con largas cuerdas donde podemos colgar la ropa húmeda y verla bailar hasta que se seca. Es un pequeño gran placer. No coloco las piezas de cualquier manera, me gusta poner las piezas grandes al fondo y las pqueñas al final para que visto de lejos quede como un colagge. Juego con los colores y las formas y si no me gusta como queda desde lejos lo vuelvo a cambiar.
No tiene nada que ver una ropa secada al aire libre que una ropa secada en un patio interior. El tacto, el olor, el color.....son diferentes. Este fin de semana ha hecho un tiempo inusual en Euskadi y me he puesto las botas de lavar y secar. Un pequeño placer mas que surge de nuestras rutinas diarias!
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