Una hierba es un ser vivo con una química compleja que se ha ido perfeccionado a lo largo de millones de años de evolución. Hay que entender la gran complejidad de las plantas en su gran sencillez.
Como gran amante de las plantas animo a la gente a trabajar con hierbas silvestres recolectadas, almacenadas y procesadas por nosotros mismos. Es la interacción entre nosotras y ellas, la complicidad que se instaura desde el momento en el que les pedimos con delicadeza permiso para recogerlas, la que libera sus propiedades más profundas. Hay magia en las plantas. Esto no es ciencia, pero es una sensación muy clara para todos aquellos que nos acercamos a ellas y las tocamos con amor!
La naturaleza no nos habla enseguida a quien se acerca a ella, pero cuando toma confianza poco a poco nos empieza a decir cositas, nos habla, nos comunica... ¡simplemente haciéndonos encontrar la plantita apropiada en el momento justo!
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