LA ENERGÍA DEL GRUPO. LA ENERGÍA DEL LUGAR

Como en años anteriores el fin de semana pasado participé en un seminario de yoga y de meditación en Aránzazu y quiero compartir con vosotros mi experiencia.

Este año el seminario lo dirigía el profesor Darhm Narayan Mishra. Un hombre simpático y muy cercano con unos ojos negros que brillaban muy especialmente.

Viernes por la tarde cuando ya empiezas a subir de Oñati hacia Aranzazu, notas que ya entras en una nueva dimensión. Has dejado abajo todas las empresas y ruidos y empiezas a observar la grandiosidad de la naturaleza que ya está en todo su explendor,

Son las seis de la tarde y hay muy poquita gente, algunos del grupo de yoga que también están sacando trastos como nosotros. Llegamos a la casa de espiritualidad y nos recibe Joxe Mari. Es increible, los seis años que llevo viniendo está igual igual, no envejece! serán los aires de aquí que le mantienen como en conserva...... Saludamos a nuestro profe de yoga y subimos a la habitación.

Las habitaciones son "minimalistas" sin tele, sin aguita para la noche, sin tonterias.... con una cruz grande y una biblia en la mesilla. Lo mejor el enorme ventanal hacia las rocas y el acantilado.
 Poco a poco bajamos al salón de abajo con nuestras mantas, esterillas y almohadas y te empiezas a encontrar con la gente. Abrazos entre la gente que repite, besos.....alegría!! Se observa a algunas personas nuevas que están en su esterilla situándose y adaptándose a la nueva situación. Para el segundo día estaban tan integradas o más que cualquiera de las que repetíamos. Iñaki hizo la presentación del seminario y de las personas que la iban a llevar siempre tan amable con esa voz que te cautiva. Sin más demora subimos a cenar al comedor, estábamos unas 40 personas, muchas mujeres y algunos hombres, este año alguno más pero un encanto todos ellos. Ya en las comidas la gente empieza aponerse al día de todo, se hacen comentarios de cursos anteriores y se empatiza con el grupo, La copita de vino también ayuda a ello.

A las 10 de la noche teníamos el primer taller e hicimos la ceremonia del fuego. Un ritual muy bonito en el cual yo tenía especial curiosidad por aprender a hacerlo bien. En un cuenco quemamos distintas cosillas mientras Mishra cantaba" mantras" y nos decía como purificar las casas. cuando, por que.... Al final todos nos colocamos un poco de ceniza en la frente para purificar nuestra mente y nuestro cuerpo. Tras un paseo nocturno por los alrededores donde solo se oia cantar a los buhos entramos a la iglesia donde vimos a gente del grupo que estaba meditando a la luz de las velas, nos sentamos un rato y participamos de un par de "OM" que los hicimos agarrados todos de la mano y sintinendo el eco que producía en semejante lugar. Se te ponían los pelos en punta!!

El descanso es una de las mejores cosas de este lugar, no hay ruido, está fresquito y las sábanas son de estas de toda la vida blancas de algodón cien por cien. Un placer!!

Aunque empieza a amanecer muy muy temprano las sábanas se pegan y te resistes a levantarte pero una vez dado el paso merece la pena, miras por la ventana como llegan los mendizales preparados para subir al monte, escuchas las campanas del monasterio como retumban en todo el valle y sientes el fresco de la mañana.

Antes de desayunar empieza el primer taller, a media mañana el segundo , a media tarde otro y la meditación de después de cenar. Un día muy intenso, con paseos por los alrededores entre uno y otro. Pero ya notas que tu cuerpo está motivado, que tu mente está calmada..... que estás muy muy concentrado en el seminario y en la práctica. Hay momentos en que hasta piensas lo cambiada que estás, en como has abandonado las preocupaciones y has desconectado de tu día a día.
El grupo cada vez está más cohesionado pero siempre respetando las necesidades de cada uno, el que quiere estar solo está solo, el que quiere descansar descansa pero siempre hay quien te invita a tomar un café. No te puedes sentir sola.

Llega el domingo y la confianza toma su sitio, hace un día espectacular y empezamos a bromear y a cantar "mantras" como locos, sacamos fotos de grupo, empezamos a despedir alguna gente que empieza airse y surge la nostalgia de algo bonito que se termina,  de algo que año tras año te deja una huellita en tu corazón y te ayuda a abrir un poco ,más esa mente tan cerrada y roñosa que tenemos.

Yo en este seminario he aprendido mucho con Mishra pero sobre todo he sentido la energía que puede trasmitirte un grupo, la energía que te da un lugar tán especial como Aránt zazu. MILA ESKER IÑAKI

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