LA BONDAD

Cada vez que nos encontramos con otro ser humano y honrarmos su dignidad, ayudamos a las personas  que nos rodean. Sus corazones resuenan con el nuestro de la misma manera que las cuerdas de un violín vibran con el sonido de otro violín que se toque cerca de él. La psicología occidental ha documentado este fenómeno como "contagio emocional". Esta resonancia puede empezar por algo muy simple. En la India, cuando las personas se saludan, juntan sus manos en un gesto de plegaria y se inclinan, diciendo NAMASTE "yo honro lo divino que hay en tí".

En la psicología budista se empieza a trabajar el respeto por uno mismo para llegar al de los demás. Cuando aprendemos a descansar en nuestra bondad, podemos ver con mayor claridad la bondad de los otros. A medida que desarrollamos nuestro sentido del respeto y el cariño, se convierte en algo inestimable en las situaciones extremas. Cuando tratamos con respeto y honramos a los que nos rodean, abrimos un canal para nuestra propia bondad.

PRACTICA:

Elige un día en que te despiertes de buen humor, con el corazón abierto al mundo. Si esos días son raros en tí, elige uno de tus mejores días. Antes de empezar con tus actividades, haz un propósito claro de que durante la mañana tratarás de ver al nobleza interior de tres personas. Mantén la intención en tu corazón mientras hablas o trabajas con ellas. Nota como esta percepción afecta a vuestra interacción, a tu propio corazón y a todo el entorno. Después elige cinco días de mejor humor, y repite la práctica.
Después de ver así a tres personas en cada uno de estos cinco día, toma la decisión clara de practicar la bondad durante todo un día en tanta gente como puedas. Desde luego que te resultará difícil con algunas personas. Déjalas para más tarde, y practica antes con aquellas cuya nobleza y belleza puedas ver más fácilmente.
Cuando hayas hecho esto lo mejor que puedas durante un día entero, elige un día de la semana para hacer esta práctica durante uno o dos meses. Finalmente, cuando se haya vuelto algo más natural para ti el ver la bondad secreta, amplia tu práctica. Añade más días. Poco a poco incluye desconocidos y personas más dif
íciles hasta que tu corazón aprenda a reconocer y a bendecir en silencio a cualquiera que encuentres. Proponte ver a tantos seres como puedas con un respeto amoroso.

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